Intervención de Michalis Papanikolaou,
Secretario General de la UITBB,
en la 113ª CIT (Conferencia Internacional del Trabajo), OIT, Ginebra, Suiza, en 04-06-2025.
Estimados delegados,
Me dirijo hoy a ustedes para referirme al tema del Trabajo Decente, en nombre de la Unión Internacional de Trabajadores de la Construcción, Madera y Materiales de Construcción (UITBB), que representa a millones de trabajadores de la construcción de todo el mundo.
El trabajo decente no es un concepto abstracto. Es un derecho humano fundamental. Significa un trabajo que proporciona salarios justos, condiciones de trabajo seguras, protección y el derecho fundamental a organizarse y negociar colectivamente. Para los trabajadores de la construcción, significa volver sanos y salvos a casa con sus familias todos los días, ganar salarios que les permitan llevar una vida digna y hacer oír su voz en las decisiones que se toman en el lugar de trabajo.
En la actualidad, los trabajadores de todo el mundo se enfrentan a retos difíciles. En las obras de construcción de todos los continentes, las condiciones laborales están empeorando. Los salarios se reducen, el coste de la vida aumenta, el trabajo flexible está de moda y la inseguridad laboral va en aumento. Millones de personas trabajan sin la protección de los convenios colectivos y sin esperanza de un mañana mejor.
Nuestro sector productivo, que construye las infraestructuras de la civilización, padece algunas de las relaciones y condiciones laborales más precarias. Los trabajadores migrantes sufren explotación, las trabajadoras se enfrentan a una discriminación sistémica y los jóvenes se incorporan a un mercado laboral con escasa seguridad y perspectivas de futuro.
Estas condiciones son el resultado directo de las decisiones de políticas deliberadas de los empresarios. Las políticas neoliberales atacan sistemáticamente los derechos de los trabajadores bajo la falsa promesa de la eficiencia económica. No nos equivoquemos: este problema se ha convertido en una epidemia mundial. Las empresas explotan a los trabajadores, creando un círculo vicioso que socava el trabajo decente en todas partes. La negociación colectiva está siendo atacada, ya que en la mayoría de los países muy pocos trabajadores están cubiertos por convenios colectivos. Esto representa un asalto fundamental a los derechos democráticos de los trabajadores y a su capacidad para negociar condiciones de empleo justas.
Sin negociación colectiva, se produce un descenso de la sindicación, que está directamente relacionado con el aumento de la desigualdad y el empeoramiento de las condiciones de trabajo.
Al mismo tiempo, los empresarios consideran cada vez más la salud y la seguridad como costes que hay que minimizar en lugar de considerarlas como inversiones. Cada año, más de 60.000 trabajadores de la construcción pierden sus vidas en accidentes laborales alrededor del mundo: un muerto cada ocho minutos. No obstante, detrás de cada dato estadístico hay una familia destruida y niños que no volverán a ver a sus padres.
Incluso en países conocidos históricamente por su fuerte protección laboral, vemos una destrucción sistemática de los derechos de los trabajadores, con escasa seguridad laboral, con prestaciones sociales reducidas y con limitada protección y magras negociaciones colectivas.
Esto no es lo que se conoce como trabajo decente.
La senda que conduce al Trabajo Decente requiere acciones decisivas en múltiples frentes. En primer lugar, deben aplicarse y hacerse cumplir plenamente las directrices y los convenios de la OIT.
No se trata de sugerencias, son compromisos internacionales que exigen ser respetados. Para que estas directrices y convenios ayuden realmente a los trabajadores, necesitamos que el Grupo de los Trabajadores sea un órgano democrático y representativo de todas las corrientes sindicales. La UITBB llama a todos a trabajar por una OIT verdaderamente justa, sin monopolio en la representación de los trabajadores.
En segundo lugar, necesitamos una legislación laboral fuerte que proteja a los trabajadores y no a los beneficios. Las leyes deben garantizar el derecho de sindicalización, asegurar salarios dignos y establecer sistemas integrales de protección social.
En tercer lugar, los gobiernos deben asumir sus responsabilidades y ayudar a los trabajadores en lugar de a los empresarios. Las inspecciones de trabajo deben reforzarse y financiarse adecuadamente. Los gobiernos deben cumplir con su responsabilidad de regular los mercados laborales, en lugar de permitir que los empleadores persigan el beneficio a costa de los trabajadores.
La UITBB hace un llamamiento a todos para que reconozcamos que el Trabajo Decente no es un lujo sino una necesidad. No es un coste sino una inversión en la dignidad humana y el desarrollo sostenible. Si la humanidad quiere recuperar la esperanza, la elección es clara: no puede continuar por el camino de la explotación y la desigualdad, sino que debe elegir el camino del Trabajo Decente para todos.
Gracias por su atención.
Michalis Papanikolaou
Secretario General de la UITBB