Primeiro discurso do novo secretário geral da FSM, Pambis Kyritsis, no 18º Congresso da FSM

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Estimados colegas, compañeros y compañeras, gracias por haberme elegido.

Estoy plenamente consciente de la responsabilidad que estoy asumiendo. La FSM es portadora de una prolongada y gloriosa historia de luchas; y en las actuales condiciones tiene un papel muy importante que desempeñar en la tarea de coordinar y orientar al movimiento obrero clasista en todo el mundo.

Considero esta responsabilidad aún más grande si tenemos en cuenta que sustituyo a George Mavrikos, un camarada que ha sellado, con su presencia de 17 años al frente de la FSM, una trayectoria de gran desarrollo organizativo y de sustancial expansión de su prestigio e influencia. Un compañero con ética y peso político que con su ejemplo personal consiguió inspirar de nuevo el respeto en la dirección y los procedimientos de nuestra Federación, tras un difícil periodo de retrocesos e incertidumbre.

Cuando acordamos que la FSM siguiera existiendo y que después de La Habana se pusiera en marcha un nuevo comienzo con una nueva dirección y procesos modernos, democráticos y transparentes, entiendo muy bien el enorme peso que pusieron sobre sus hombros la dirección y el Secretario General de la FSM y los grandes avances y mejoras que se han logrado.

Obviamente emprendo esta tarea en mejores condiciones. El funcionamiento de nuestra Federación hoy no se caracteriza ni por la burocracia, ni por la inacción ni por el fatalismo. Hoy es una organización activa, que funciona con un espíritu de colectividad y de participación democrática, que tiene posiciones y propuestas y que cuenta con miembros activos cuya presencia y papel en todos los continentes y en todos los sectores es esencial y muy distinta. Sin embargo, para cumplir con mi función, necesitaré sin duda el apoyo y la cooperación de todos. Y estoy seguro de que lo tendré. Especialmente del camarada George Mavrikos, a quien, por supuesto, no desmovilizamos, sino que, sin duda, aprovecharemos de todas las maneras posibles. Lo mismo es válido con otros camaradas a quienes con una gran proposición después de este congreso serán incluidos en la honrosa categoría de veteranos de la FSM.

Nuestro 18º Congreso ha destacado con claridad las áreas en las que el Movimiento Sindical de Clase Mundial está llamado a dar sus batallas y a realizar sus objetivos. Ha establecido prioridades para una intervención más productiva y eficaz, un frente más fuerte y unido en las luchas de los trabajadores. No nos hacemos ilusiones. Las batallas que nos esperan serán duras y difíciles. En la guerra entre el trabajo y el capital que nos impone la naturaleza bárbara y explotadora del sistema capitalista, la correlación de fuerzas en este momento no es tal que nos asegure resultados victoriosos en todas partes y siempre.

No cabe duda de que esta relación de fuerzas a nivel mundial sería muy diferente, si una parte importante del movimiento sindical no estuviera bajo la dependencia y la influencia política e ideológica de los círculos dominantes del capitalismo. Si esta parte fijara sus prioridades en función de los intereses de clase de los trabajadores y no del interés de nadie más. En tal caso, la capacidad de los trabajadores para resistir los ataques e imponer políticas que respeten sus logros y derechos sería sin duda mucho mayor. La situación de las condiciones de vida y de trabajo también sería muy diferente. La coherencia de clase no caracteriza ciertamente a todo el movimiento sindical, pero sí a las fuerzas que se unen en torno a la FSM. Por eso los mecanismos del sistema han intentado y siguen intentando, mediante el chantaje y la exclusión, borrar si es posible el polo de clase en el seno del movimiento sindical mundial. Intentaron proclamar el alineamiento universal del movimiento sindical con la lógica de integración y asimilación al nuevo orden mundial imperialista. Pero no consiguieron disolvernos, ni silenciarnos, ni asimilarnos. Estamos aquí armados con las decisiones de nuestro Congreso, llenos de determinación para cambiar las correlaciones, para resistir el fatalismo y la capitulación, para defender los derechos de los trabajadores, para defender la negociación y el convenio colectivos, para oponernos a la privatización y a la destrucción del estado del bienestar. Aquí estamos:

– Unidos con decisiones colectivas, con tesis y prioridades que nos unen, desarrollamos acciones, fortalecemos la solidaridad, lideramos las luchas, intervenimos donde se toman las decisiones que conciernen a los trabajadores.

– Organizados con presencia en todos los rincones de la tierra, con sindicatos que representan a más de 110 millones de miembros.

– Estructurados con liderazgo y orientación colectiva, con oficinas regionales en todos los continentes, con UIS que cubren casi todas las áreas de actividad económica.

Y lo que es más importante, estamos aquí para inspirar a los trabajadores con la visión de un mundo sin intervenciones imperialistas ni guerras, sin explotación de unos seres humanos por otros.

 

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