Emiliano José: Manifestación de dolor y lágrimas por Apocalipsis en Gaza

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Manifestación de dolor y lágrimas por Apocalipsis en Gaza

No quiero llorar.
Llorar.
Las lágrimas se me escapan con audacia e insidiosa.
Lloro por los niños del mundo, los niños sin comida.
Sin abrigo.
Las lágrimas cesan.
Lloro dentro de mi alma.
No puedo dejar de llorar.
Cada vez más, por los niños de Gaza.
Los muertos, destrozados por las bombas israelíes y estadounidenses.
Casi 10.000 personas murieron a causa de los incesantes bombardeos de los dos países terroristas, equivalentes a la fuerza de dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki.
Los numerosos niños asfixiados, destruidos por los escombros, cubiertos por las cenizas de Gaza, cuyos cuerpecitos nunca serán encontrados, cuyos padres, si están vivos, ni siquiera podrán enterrar a sus hijos, un derecho ancestral negado por el terrorismo israelí-estadounidense.
Lloro por los niños que tiemblan, con los ojos desorbitados, sin saber qué destino les depara la humanidad, si es que alguno.
Lloro por las mujeres desfiguradas y asesinadas en Gaza, privadas de las posibilidades de tener una patria, de experimentar el amor, de disfrutar de sus hijos, de sus padres, de sus abuelos.
Por las mujeres supervivientes, llorando, llorando lágrimas de sangre.
Lloro por los combatientes, ya sean de Hamás o de Hamás, que han caído bajo las balas y los escombros, la dignidad de una lucha que ha durado 80 años.
Dignidad similar a la del Viet Cong.
Al de la resistencia argelina.
Al de la resistencia francesa.
A la lucha de Sierra Maestra.
Llorar.
Terroristas de Israel y Estados Unidos cometen una de las mayores masacres de la historia.
Un intento bestial de limpieza étnica.
El sionismo se presta a esto.
Apocalipsis.
Nunca en la historia reciente han sido asesinados más de 100 empleados de la ONU.
Ninguna guerra ha matado a tantos periodistas.
Ni siquiera destruyó tantos hospitales.
Tantos médicos, tantos profesionales de la salud.
Israel y Estados Unidos hablan de eliminar a Hamás.
Pero la intención es otra: acabar con la nación palestina.
La mayor parte de la Franja de Gaza ya está destruida.
Escombros.
Los terroristas israelíes y estadounidenses ni siquiera dejan entrar comida.
Ni siquiera agua.
Cualquier cosa.
Es triste ver a la ONU con las manos atadas por los vetos de los dos estados terroristas.
Triste ver la inacción de los países grandes ante semejante masacre.
Es triste que esto siga sucediendo en Navidad.
¿Qué celebración es posible?
En este día existe el simbolismo del nacimiento de un niño en Palestina.
El niño de la masacre muere o no puede nacer.
Indignado.
Sigo caminando.
No puedo dejar de luchar, por muy importante que sea.
Llorar.

#lágrimasporGaza

* Emiliano José, jornalista e escritor